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Una mezcla de estilos artísticos aparecen por los
históricos rincones de nuestro monasterio, de lo visigótico al siglo
XXI, desde capiteles prerrománicos a pinturas de la Nueva Era.
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El
edificio en si del monasterio de San Pedro de Cardeña es un monumento
arquitectónico majestuoso.
En él destacan algunas obras de capital importancia. |
La zona turística
del Monasterio puede ser visitada, guiados por un monje,
los días laborables
de 10'00 a
13´00 y de
16'00 a 18'00;
los festivos (de
Misa) de
12'15 a 13'00
y
de 16'15 a
18'00.
Las visitas se
interrumpirán siempre durante las celebraciones litúrgicas.
Jueves y Viernes
Santos permanecerá cerrado. |
Fachada
principal
Enmarcando el portalón de
entrada al monasterio sobresale un original retablo de estilo barroco, en
piedra coloreada. Destaca en
el centro una figura ecuestre del Cid "matamoros", de gran tamaño.
Completan la ornamentación el escudo de armas de Cardeña, con las
palmas del martirio en los lados y otro de Castilla y León sostenido por
leones rampantes.
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Patio
del Cid
Corresponde este nombre al
primer patio del monasterio. Es
sobrio, elegante, monumental, en armonía con el conjunto arquitectónico
exterior. Sus dimensiones son
27 metros por 29 metros en los lados, adornado en el centro por una escultórica
fuente, obra de A. Alonso. En
este rincón existió antaño el palacio o casa solariega del
"Campeador'.
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Claustro
de los Mártires
Es el relicario abierto de
Cardeña. Es bello,
silencioso, acogedor tiene un pozo con brocal.
El ala más antigua que se conserva es de estilo románico (siglo
XII), con capiteles originales labrados en piedra de arenisca roja, todos
ellos decorados con motivos vegetales.
En sus arcadas se alternan dovelas de color blanco y rojo, un
efecto que a muchos evoca, de inmediato, la mezquita cordobesa.
En este claustro fue donde, según la tradición, se produjo el
martirio de los 200 monjes de Cardeña hacia el año 834.
Muy próxima a uno de sus ángulos todavía sigue manando una
fuente de aguas vivas y frescas, como si fuese la energía vital de los Mártires.
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Torre
Cidiana
Es la pieza arquitectónica más destacada de
Cardeña. Es robusta,
formidable, resistente. Testigo veraz de épocas casi olvidadas, Es una
torre cuadrada, adosada a la iglesia abacial, edificada a finales del
siglo X o en la primera mitad del XI.
Se compone de cuatro cuerpos; los tres primeros conservan la
estructura románica primitiva, con ventanas saeteras en su parte baja, de
medio punto en el segundo cuerpo, y geminadas en el tercero; el último
cuerpo es un añadido del siglo XV, también con ventanas geminadas y
vanos para campanario, con escudo en uno de sus ángulos, y rematado en su
altura con cuatro esbeltos y decorados pináculos góticos, de cuyos pies
salen cuatro esculpidas gárgolas como desaguaderos del tejado.
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Iglesia
abacial
Es esbelta, blanca de luz,
desnuda.... al estilo cisterciense. Construida
en el siglo XV (1447-1457) con piedra de sillería caliza y grisácea en
los paramentos, blanca -de las canteras burgalesas de Hontoria- en
columnas y crucerías. De
cuatro recios pilares, cada uno de ellos con dos metros de diámetro,
arrancan las nervaduras de los arcos, en cuyas dovelas centrales se
suspenden unos escudos de armas policromados, entre los que figuran el del
Papa Eugenio IV -Pontífice que gobernaba el orbe católico el año que
comenzaron las obras de construcción de la iglesia de Cardeña-, el
escudo del Cid, el de Castilla y León, y el de Cardeña.
La iglesia tiene siete capillas; la capilla Mayor, la que hace de
cabecera del templo es pura luz, gracias a sus cinco ventanales de tracería
gótica; no hay retablo en el ábside, pero debajo de los tres ventanales
frontales destacan tres imágenes: la Virgen de la Asunción, patrona de
la Orden Cisterciense (centro), San Bernardo (izquierda) y San Benito
(derecha).
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Sacristía
mayor
Es de traza gótica
cisterciense, del mismo estilo que la iglesia, Desde ella se accede, después
de atravesar otra pequeña pieza -una segunda sacristía con precioso
lavabo en forma de concha de peregrino, destinado desde 1547 a las
abluciones litúrgicas-, al antiguo archivo monacal y a la Sala Capitular
(Museo) Llegar hasta el
archivo tiene un atractivo especial: hay que subir una escalera de caracol
del siglo XVI, sin eje central, perfectamente labrada; los escalones
encajan a la perfección el uno con el otro.
Esta escalera es una primorosa obra de maestro cantero desconocido. |
Capilla-panteón
del Cid
Está situada en el brazo
izquierdo del crucero y es del primer tercio del siglo XVIII (1735), de
estilo barroco. En el centro
se alzan los sarcófagos del Cid -"el Gran Rodrigo Díaz, Guerrero
invicto, famoso cual otro Marte por sus triunfos", según el Rey
Alfonso X- y de su esposa Doña Jimena, inmortalizados en sus laudas con
sendas figuras yacentes talladas en piedra.
Sobre las paredes laterales se acomodan 26 escudos de armas,
correspondientes a otros tantos personajes ilustres -caballeros de armas,
condes de Castilla, hijos y familiares del Cid-.
Los restos de algunos de ellos reposan aquí, en el silencio de
Cardeña. |
Retablo
barroco de la Capilla-panteón del Cid. Salió
de las manos del monje Fray Pedro Martínez en 1738.
Retablo-sagrario colocado
en el paño central del ábside de la iglesia, debajo de la imagen del
Crucificado que adorna el altar Mayor Su forma alargada e irregular evoca
el frontal de una arqueta cerrada, en cuyo centro destaca el sagrario.
Su autor es un monje de la actual comunidad. Imágenes
de la Asunción y de San Bernardo en el ábside de la iglesia abacial.
Coro de los monjes, adorna la Capilla mayor de la iglesia.
Se compone de 46 sitiases, de estilo gótico florido, con crestería
barroca. Procede de San Juan
de Ortega.
Sillería
de la Sala Capitular (Museo) Conjunto de madera de nogal tallado en el
siglo XVII. Llegó a Cardeña procedente del monasterio de Obarenes.
Pinturas
de Ribera, 'Juan de Juanes'. Casulla bordada con hilos de oro y
plata sobre seda valenciana (espolín), estilo los siglos XVI y XVII.
Y
un largo etcétera que os invitamos a ver en directo. |
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